Cuento: El lobo que aúlla
(En la escena vemos dos casas, una con aspecto muy pobre en un
extremo del escenario, y otra con aspecto rico en el otro extremo del
escenario).
(Se escucha el viento).
(Desde la Casa Pobre entran en escena Pelayo y Marcelino, dos
amigos de aspecto pobre).
Marcelino: Pelayo,
tengo hambre.
Pelayo: Cómete
una piedra. No tenemos comida y no tenemos dinero.
Marcelino: Los
vecinos nos darán comida.
Pelayo: Los
vecinos no te la darán.
Marcelino: Aun
así, les pediré comida.
Pelayo: Haz
lo que quieras. Yo vuelvo a casa a ver si encuentro un ratón para comer.
(Pelayo entra en la Casa Pobre).
(Marcelino se acerca a la Casa Rica).
Marcelino: ¡Vecino! (Pasa un rato y no pasa nada).
Marcelino:
(Llamando con más volumen). ¡Vecino! (Pasa otro rato y sigue sin pasar nada).
(Llamando con más volumen). ¡Vecino! (Pasa otro rato y sigue sin pasar nada).
Marcelino:
(Con una voz atronadora). ¡Vecino!. (La Casa Rica se mueve, como sacudida por un terremoto). (Vecino entra en escena desde la Casa Rica).
(Con una voz atronadora). ¡Vecino!. (La Casa Rica se mueve, como sacudida por un terremoto). (Vecino entra en escena desde la Casa Rica).
Vecina: ¿se
puede saber qué pasa?, ¿un terremoto o qué?.
Vecina: ¿qué
pasa?.
Marcelino: Tengo
hambre.
Vecina: Pues
cómete un plato de sopa.
Marcelino: No
tenemos dinero y tampoco comida.
Marcelino: No
consigo trabajo y mi hermano tampoco.
Vecina: Pues
haber estudiado… Si pudiera te daría algo de comida, pero la situación está muy
mala para todos. Lo siento. (Y
sin decir ni media palabra más, sale de escena y entra en la Casa Rica).
(Marcelino se acerca a la Casa Pobre).
Marcelino: ¡Pelayo! (Pasa un rato y no pasa nada).
Marcelino:
(Llamando con más volumen). ¡Pelayo! (Pasa otro rato y sigue sin pasar nada).
(Llamando con más volumen). ¡Pelayo! (Pasa otro rato y sigue sin pasar nada).
Marcelino:
(Con una voz atronadora). ¡Pelayo! (La Casa Pobre se mueve, como sacudida por un terremoto).
(Con una voz atronadora). ¡Pelayo! (La Casa Pobre se mueve, como sacudida por un terremoto).
(Pelayo entra en escena desde la Casa Pobre).
Pelayo: ¿Estabas
aquí?, no te había oído llegar; estaba entretenido chupando una piedra.
Marcelino: ¿Una
piedra?
Pelayo: Tienen
minerales.
Marcelino: ¿Una
piedra?
Pelayo: ¿Te
dio comida el vecino?
Marcelino: No,
me dijo que trabajase.
Pelayo: No
hay trabajo.
Marcelino: Ya… (Un momento de silencio y se
escucha el aullido de un lobo).
Marcelino: Aquí
hace frío.
Pelayo: Sí,
hace frío aquí afuera. (Otro
momento de silencio y se vuelve a escuchar el aullido de un lobo).
Marcelino: Los
lobos comen y no trabajan.
Pelayo: No
trabajan y comen.
Marcelino: Eso
es. Y cuando los lobos no tienen comida se ponen a aullar.
Pelayo: Sí.
Los lobos no trabajan. No piden a los vecinos. Los lobos aúllan cuando no
tienen comida.
Marcelino: Sí.
Cuando no tienen comida los lobos aúllan así: ¡Auuu!
Pelayo:
(Más alto que su hermano). Así: ¡Auuu!
(Más alto que su hermano). Así: ¡Auuu!
Marcelino: (Aún más alto).
¡Auuu!.
(Y así los dos hermanos siguen aullando sin decir nada más,
intentando en cada aullido superar el de su hermano. En un momento determinado,
ambas casas se tambalean con el sonido de los aullidos. Marcelino y Pelayo,
impasibles, siguen aullando).
(Vecina entra en escena desde la Casa Rica).
Vecina:
(Mientras se acerca a los dos amigos, que siguen aullando).¿se puede saber qué pasa?, ¿un terremoto o qué?
(Mientras se acerca a los dos amigos, que siguen aullando).¿se puede saber qué pasa?, ¿un terremoto o qué?
Marcelino:
(Como si nada). Hola, vecino. (Siguen aullando).
(Como si nada). Hola, vecino. (Siguen aullando).
Vecina: ¿qué
pasa?
Marcelino: Los
lobos cuando no tienen comida, se ponen a aullar.
Pelayo: Sí. Los lobos aúllan cuando no tienen comida. (Siguen aullando).
Vecina: Así
no hay quien duerma. (Siguen
aullando). (Desde
el centro del escenario entra Vecino ).
Vecino : ¿Qué
pasa?, no puedo dormir con este escándalo.
Vecino: Tienen
hambre y dicen que los lobos aúllan cuando no tienen comida.
Vecino 2:
(A los amigos). Pero ustedes no son lobos.
(A los amigos). Pero ustedes no son lobos.
Pelayo: Pero
tenemos un hambre de lobos. (Siguen
los aullidos).
Vecino: Así
no hay quien duerma. (Salen los dos Vecinos y los dos hermanos
insisten en imitar a los lobos). (Al cabo de un rato entran los dos Vecinos,
traen patatas, zanahorias y otros alimentos; cada uno de ellos lleva una cesta
llena).
Vecino: Aquí
tienen comida.
Vecina: Pero
cállense de una vez. (Los
dos hermanos detienen sus aullidos).
Pelayo: ¡Comida!
Marcelino: ¡Vamos
a prepararla!.
Vecina: En
silencio, por favor. (Salen
los dos Vecinos).
Pelayo: Marcelino…
Pelayo: ¿Qué
pasa?
Marcelino: Los
lobos no son tontos.
Pelayo: Sí.
Los lobos no son tontos.
(Y ambos amigos entran en la Casa Pobre con las dos cestas de
comida).
Colorín colorado este cuento se ha acabado
xd
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